Os miro y os veo, hay emociones que son una mierda para vosotras, reaccionáis de diferentes maneras, diferentes tiempos. Os escucho, trato de responder a vuestras preguntas y no adelantar cosas, como solía hacer. Eso de extraexplicarme… en fin.
Con 8 años, tu movida está más en encontrarte. Está claro que tu identidad a través de la ropa que te pones se está acentuando bastante. A veces imitas, a veces construyes algo genuíno y a veces dinamitas mi capacidad de respetar tu royo y te hago una propuesta que se acerque a lo que buscas pero que no me haga ser carne de cañón para servicios sociales. Sí, a veces llega un punto que más que lo que piensen los demás es cómo me siento yo y mi tolerancia a la cutrez tiene un límite claro. Lo siento en el alma, me encantaría que me la bufase, pero mi límite está en que no huelas mal, tu pelo tenga textura de pelo de persona y no de peluche de bazar, y la ropa… puedo aguantar la excentricidad, pero la cutrez: NEVAH.
Es curioso cómo el paso del tiempo hace que se pongan de moda cosas que a mi me parecen de yaya de batín. Y tú lo eliges (porque que a mi no me guste no es un límite, ya te los he contado), te pones esas zapatillas y te sientes una auténtica diva. Y yo me centro en verte disfrutar de esa sensación, como cuando decías que corrías más rápido con las zapatillas nuevas. Te las miras, tuerces los pies para verlas en diferentes perspectivas. Y yo te miro… porque si miro a esas zapatillas solo puedo pensar: SON DE YAYA.
Te has cortado el pelo, bueno, me has pedido que te lo corte y me has dicho que las mamás normales tienen que pedir cita en la peluquería y que antes no te gustaba cortarte el pelo solo en casa, pero ahora te gusta, te parece un lujo porder llevar a cabo lo que quieres en el momento en el que te lo imaginas. Y yo, que tengo a Psyque en un lugar que me permite saber qué es lo que quieres, ejecuto ese deseo. Y te vuelves a sentir divina. Me gusta mucho eso que haces.
He pillado otra cosa, estás en mezclar texturas más que los colores o los estampados, ahora mismo buscas sentirte a gusto con lo que te pones y que te guste la caída o la sensación en contacto con tu piel. Es gracioso, porque hay veces que sueltas cosas como: «Me he puesto esto por poner un poco de color al look, que parezco uno de esos de Harry Potter (un dementor).» Y las botas de tu hermana, que están más viejas que el SOL, tengo claro que hasta que no tenga repuesto no te las tiro o el drama puede ser importante. Igual, de vez en cuando mola mucho lo que consigues, eso es exactamente lo que pasó con Nora, solo que tú eres un poco más radical y te la suda todo más, la verdad.
Con 11, ya buscas un lenguaje concreto. El otro día me preocupó ver uniformismo. Sí, pillo lo de la identidad de grupo, pero lo de ir exactamente iguales me parece un poco radical. No me aguanté. Empecé a sacar ropa que tienes muy chula y a ofrecerte combinaciones distintas y a explicarte el sentido de algunos tejidos y su contexto social. Y tú mirándome en plan: «Ya está aquí la chapa del día». Me da igual. Not under my watch.
¿Qué es lo que puede hacer que le des la vuelta a un look plano? Los accesorios. El calzado, la chaqueta, el pelo, una bolsa… pueden cambiarle el royo.
Y después de esta chapa ¿por qué os doy la brasa con esto? Porque lo que os cubre habla de vosotras, de vuestra genuinidad, de lo que contáis al mundo, de dónde estáis, desde dónde os movéis. No tengáis miedo a ser, a buscaros, a expresar. No tengáis miedo porque sois dos personas excepcionales y lo que piense la gente importa un huevo, pero lo que os digáis a vosotras mismas es súper importante.
Pongo fin a la chapa de hoy.
Os quiere: MAMÁ