A raíz toda esta vorágine mediática que se ha originado por la presencia de un bebé en el Congreso, leí a una matrona hablar de las sombras de toda esa gente que se enciende, que insulta y critica. Siempre es maravilloso que haya una persona que vea en toda esa violencia verbal el dolor que hay detrás.
Las madres de teta que han sido cuestionadas hasta la saciedad, las de biberón que han sido desdeñadas, las que se han quedado en casa, las que han dejado a su hijo en la guardería, las que los dejan con los abuelos, las que los dejan con el padre. Las personas que fueron maltratadas, los hijos del cachete corrector, los de la permisividad absoluta. Los padres que no ven a sus hijos por trabajo, los que no vieron a sus padres, esos a los que les compraron todo y no les dieron amor, a los que les dieron amor pero no les dieron cosas, los padres presentes que llenan un vacío que les dejó su infancia, los que apoyan la lactancia, los deseosos de dar el biberón, los que no entienden a sus hijos porque nunca fueron comprendidos, los que hacen las tareas y se les tacha de calzonazos, los que crecieron pensándose superiores por tener pene y ahora no entienden nada. Personas marcadas.
Cuánto dolor, cuántas heridas por sanar. Cuando mi hija llora y no entiende la crítica de su amiga o el desprecio de otra cuando saludan a Vera y no a ella. mi respuesta es:
-¿A tí te gusta tener a Vera como hermana pequeña?
-Sí, aunque a veces me cabrea.
-Pues esa parte que a ti te gusta es la que le gustaría tener a tu amiga. Por eso es por lo que actúa así.
-¿Y no entiende que a mi me pone triste?
-Me imagino que sí, pero sus ganas de que Vera fuese su hermana le pueden.
-Ya, no me gusta que a mi no me haga caso, pero me da pena, es guay que Vera sea mi hermana, es muy divertida.
Esas sombras propias que hieren a los demás, esas que no comprendemos, que duelen, esas que sí entiende aquél que es capaz de ver a la persona, cuánto daño hacen. Es por eso que hoy, más que nunca, hay que hablar del apego que crea vínculos sanos, hablar del respeto a las diferencias, a los gustos, a las personalidades, a las sexualidades, a las ideas, a las decisiones. El respeto como expresión máxima del amor.
Hacen falta muchos abrazos, mucha empatía, hace falta que se dejen de ver propósitos y se vea a las personas. Los padres tenemos la oportunidad de que nuestros hijos nos muestren nuestras sombras, tenemos la oportunidad de afrontarlas, entenderlas, abrazarlas y de hacerlas luz. Los que no son padres tienen la oportunidad de entenderse, de crear, de amar, de ver y de pedir todo el amor que les falta para poder entenderse y comprender.
Porque cuando te entiendes, te perdonas y te amas, es imposible vivir en el rencor, la envidia y el odio. Hoy más que nunca, podemos empezar a imaginar un mundo en el que las personas son personas.
Feliz fin de semana a todo el mundo. 🙂
yoenelmundo
Hoy estás que te sales.
Suscribo CADA PALABRA
Olé tú!!Muy buen fin de semana!
Maria
Un besote!
Mi Álter Ego
Pues deseo de todo corazón que tus deseos se cumplan. Un besote!!!
Diana
Me ha encantado leerte, qué pena que todos tendamos a ver la paja en el ojo ajeno…
Un abraoz