Buscar un espacio higiénico en el que volcar palabras que se chocan dentro de mi frente.
Gracias a la vida por vivirla en esta casa y no en el piso. Eso lo primero.
Hace un mes me planteé retomar este espacio, durante un par de años o tres lo intenté infructuosamente. Me he dado cuenta de que cuando empecé a escribir «entre apuntes y pañales» tenía la idea de escribir un diario de experiencias que poco a poco se convirtió en una ventana al crecimiento de Nora y mis aprendizajes como madre. Después vino Vera y me licencié, sentía que ya no estaba entre apuntes, aunque la realidad es que nunca abandoné esa faceta.
Pasé por dos más hasta llegar a este Let’s Rock Mamy, que vaticinaba en cierta medida lo que venía después.
No perdí el interés por compartir, perdí la razón. La razón por la que compartía mis vivencias como madre de Nora y Vera y lo que esto suponía era porque mi foco estaba en ellas. De pronto mi foco cambió, ya no las miraba sólo a ellas, necesitaba también levantar la vista al mundo, al espejo. Estaba harta de hablar sólo de maternidad. Seis años de Nora, más o menos.
Años después reconozco que la crianza fue la parte fácil, me costó encontrar mi camino como mamá al principio, después era todo intuición. Fácil. La segunda fase empezó con la educación. Libre, activa, autodidacta, no directiva… venga formaciones y formaciones. Cada vez menos tiempo para compartir, más necesidad de recogerme y escucharme. De limpiar mi cabeza de ellas, sus necesidades y procesos en algún momento del día.
Creo que he encontrado el equilibrio y voy soltando la culpa, fluyo con todo esto. Tengo claro que la perfección no existe, que mis expectativas es inevitable que estén, pero también las dejo ir. He aprendido a confiar el ellas y permitirme fallar. Y ahora… disfrutar y cagarme en el despertar de las hormonas a partes iguales. Amiga, estamos llegando a la década de esta materidad con una cola de pavo desplegándose al bajar unas escaleras en modo vedete.
Con Nora es experimentar la sublimación de un ser exquisito, con el cruce de cables y la aparición de un velocirraptor con la mecha muy corta.
Con Vera la cosa va más encaminada al encanto y la gracia y la gallardía de una equilibrista humorista combinado con Escarlata O’Hara y el fin del mundo.
Ahora mismo en confinamiento.
Justo antes del apagón social de la cuarentena, la que suscribe trabajaba a jornada completa (ahora desde casa), tenía tres bolos pendientes con un nuevo grupo (Ruda) y temporada de creación con mis queridas The Veroñas, además del grupo de mujeres, grupo de lecturas feministas, las estraescolares de las peques y las clases de batería…estaba a punto de petar, la verdad.
Hoy noto que la ansiedad por el exceso de información, la situación de mucha gente querida, las peleas entre las peques, la pareja y todas las cositas cotidianas que se suceden entre estas cuatro paredes hacen que el corazón se me suba a la garganta. Lo mismo tienen de donde sacar eso de ser las reinas del drama…
Pues eso, comenzamos los diarios de cuarentena. ¿Cómo están ustedes?
PD: Esto es una mierda fríbola en comparación con lo que muchísimas están viviendo, cogedlo con pinzas.
regalos nacimiento gemelos
siempre es un verdadero placer leerte