Las charlas con «el aquelarre» son reveladoras, tanto que llegas al punto de desglosar la cultura para tratar de entender por qué «la suegra» es una figura con tanta reputación en nuestra cultura. Y una, que anda desmontando estructuras mentales para poder compartir información desde una perspectiva de género, acaba por teorizar. Así llegamos a: EL ORIGEN DE «LA SUEGRA».
Las «nuevas» pedagogías ensalzadas por padres y madres actuales tienen como fin último que nuestros hijos y nuestras hijas crezcan liberados del yugo autoritario del «yo mando porque soy mayor», liberar a la criatura del estatus de objeto a miembro de la familia con derechos.
Pero somos una democracia joven y la mujer ha tenido (y tiene) un estatus sumiso (como la infancia y la vejez), de propiedad, gracias a la cultura patriarcal. La misma por la que en China se abandonaba a las niñas hasta que se han quedado sin mujeres casaderas, y es ese fenómeno el que perpetúa la rivalidad suegra-nuera. Nada más y nada menos que el machismo.
Porque a una hija hay que casarla, todas sabemos que nos quedamos solteronas, se nos pasa el arroz y te quedas para vestir santos. Yo misma escuché a mi padre muchísimas veces decirme: «madre mía, no hay quién te aguante, nunca vas a encontrar novio». Como si «buscar novio» fuese una meta en la vida. Pero un hijo… un hijo tiene un futuro prometedor y es más de mamá, un hijo es más noble, que ya sabemos todos que las niñas somos más complicadas y los hombres son de Marte y las mujeres de Venus. Y es que nunca habrá UNA lo suficientemente buena para «el hombre de tu vida».
Y entre tontunas y tradiciones aquí seguimos por generaciones tirándonos los trastos a la cabeza o esquivando con toda la agilidad posible los cuchillos flotantes de la madre de nuestra pareja. Espero que con un poco de tiempo la mayoría de las «mother in law» no tengan esa connotación de persecutoras, castradoras y posesivas. Con el tiempo serán mayoría las suegras que no tengan la acepción de «suegra», que haberlas hailas y que en una conversación no exista esta frase: «Es que yo he tenido suerte con mi suegra», pero por ahora… parece que son la excepción. Cría fama y échate a dormir.
En la cultura del respeto no existirá esta rivalidad, el alcance social de la educación es infinito. Feliz semana. 😉
Paula
bravo! esa es la meta, encontrar esa sociedad sin suegritis!
Mi Álter Ego
La verdad es que el suegro no suele tener tantas connotaciones negativas como la suegra, aunque habría que preguntar a los hombres qué tal se llevan con sus suegros… Besotes!!!!
Maria
Por lo general los suegros tienden a meterse menos en las vidas ajenas. En general los padres de los padres suelen opinar hasta que son adolescentes… entonces: to’ pa ti, jajaja. Un besete!
diasde48horas
Coincido contigo, los suegros tienden a meterse menos en la vida de los demás. Yo no tengo suegro, y mi suegra es muy «especial», por decirlo así… y una cosa que realmente me acojona es llegar a ser suegra y no saber cómo hacerlo bien. Yo siemrpe digo que tengo el ejemplo perfecto de cómo no actuar… pero si te soy sincera tengo mucho miedo de no saber hacerlo, en serio.
Maria
Yo creo que si partes de entender a tu hijo no como propiedad sino como persona a la que has tenido la fortuna de criar… es fácil, porque ya sabes lo que es respetar los espacios, que es una de esas cosas que algunas abuelas (en general) no entienden. 😉 Serás una suegra estupenda! Un besote!
Diario de una madre ingeniera
Si…no sé qué pasa con las suegras, pero hay cada una por ahí… Yo soy de las de «he tenido suerte con mi suegra» pero no sé quien me dijo «espera a que tengas que discutir sobre la educación de tu hijo y SU nieto».
Ea, yo lo tengo claro. No me pienso callar ni una!
Nice to meet you!
Maria
Hola! 🙂 Desde luego yo con lo que más «altera» el entorno familiar es la educación de Nora y Vera, entiendo su postura, pero yo soy su madre. 😉 Un besete!