La de veces que he escuchado esto y cada una de ellas me indigna, mucho. El otro día una amiga me contó que por América hay algo que se llama «spank»(imagino que esto no es generalizado, nadie se me ofenda, es una costumbre en cierta parte de la población) pero no el del sado, una versión en pequeño, darle al niño azotes disciplinarios con una cuchara de madera. Un cachete solo enseña falta de herramientas por parte de los padres para llevar una situación con los niños realmente difícil. El otro día hablando con dos mamás salió la frase literal «no les viene mal de vez en cuando». Para mí es MALTRATO. Suena fuerte ¿eh?
Vale, vamos a imaginar que los padres tienen una discusión, uno levanta la voz, luego el otro y la madre o el padre se lleva un bofetón ¿cómo llamamos a esto? «A mí me dieron» y lo típico que se suele decir «y mira qué bien estoy», pues yo recuerdo una terrible frustración y una ira profunda hacia quien me había pegado. Necesidad de venganza. Confusión. Los padres son los que se supone que te quieren más en este mundo, pero cuando recibes un cachete solo recibes una sensación de soledad muy grande, incomprensión… y aprendes a hacer las cosas de otra manera. Mentir, ocultar u omitir.
Y bueno, sí, hace 20 años a nadie se le ocurría pensar que eso fuera maltrato, pero es que hace cuarenta, si una mujer recibía un palizón… algo habría hecho. Hace 50, teníamos que pedir permiso a padres, hermanos o abuelos para hacer cualquier cosa. Así que no me vale. Es fuerte esa palabra «maltrato», por eso nos cuesta asumir que uno de nuestros actos para con nuestros hijos pueda denominarse como tal. Se aprende viendo, practicando, cometiendo errores, ¿buscas que tu hijo aprenda o que adquiera un comportamiento sumiso?
Yo llevo en mi mochila emocional el cachete, como muchos otros padres, así que hay ocasiones en las que me cuesta muchísimo aguantar las ganas, así que me meto en mi habitación y respiro. Le digo a Nora «cariño, no te quiero pegar, así que me tranquilizo un momento y tú también»(posiblemente no se lo debería decir, pero verbalizo todo), porque Nora comprende mucho, pero sigue siento una niña con un carácter muy fuerte y en sus rabietas muchas veces arde Troya, así que llegadas a cierto punto, yo, que soy la adulta y reconozco por dónde vamos, trato de mantener la calma. Y en muchas ocasiones me ha empujado, pegado, escupido, intentado romper cosas… es decir, que sé lo que es «que se te suban». Pero me niego a enseñar a mi hija mediante el castigo físico.
Es algo que está arraigado en nuestra sociedad, que no está mal visto, ya lo he hablado otras veces. El otro día me crucé con una madre que llevaba a su hijo de la oreja, el niño lloraba. Me prometí que la siguiente vez que viera algo así, esa madre iba a pasar vergüenza. Hay que cuestionárselo: ¿Le pego porque aprende o porque corto rápidamente esta situación que me molesta?¿Después de un cachete no vuelve a hacer lo que ha hecho para recibirlo?¿Si me siento culpable, no será mejor buscar otra forma?¿Es tan malo lo que ha hecho que se merece que tú, la persona que lo cuida, lo alimenta, lo cría y lo ama por encima de todo, le pegue?¿Si otra persona que no soy yo le pega por el mismo motivo que yo lo veo como una agresión?
Vivimos tan deprisa que no nos paramos a pensar con un poquito de sentido común. Además esto provoca otra reacción y es que como por tamaño le superas, tu hijo, cuando sea mayor, se verá con derecho a hacérselo a un hermano pequeño cuando este le moleste o provocarás en tus hijos las ganas de vengarse, una forma fácil de cargarse la empatía y criar niños agresivos.
Sé que es una entrada bastante dura, pero es que no le tenemos que quitar importancia, porque para un padre es suficiente un cachete, para otros dos, otros un bofetón o un zapatillazo ¿dónde empieza para vosotros el maltrato? ¿Depende de lo que considere el padre que es enseñar?
Si utilizas las manos, que sea para acariciar, para calmar o para poner distancia física si os hace falta. El cachete nunca enseña nada bueno.
La madre de la naranja
Pues estoy de acuerdo contigo, es maltrato. Y es una pena que a veces nos sale, p.e. zarandear a los niños y yo después de eso me siento muy culpable.
Creo que lo físico es un apoyo a la comunicación, con una caricia comunicas amor, con cachetes o bofetones comunicas odio y malestar.
No creo que sea necesario, ni muchísimo menos, un cachete a tiempo. Ni cachetes, ni insultos. Me parecen ambas una manera de ejercer poder físico y psicológico de lo más detestable, que no quiero usar con mis hijos porque no quiero que ellos lo usen con nadie cuando sean adultos.
Y hay situaciones muy complicadas y que cuestan. Si alguna vez pienso que me he pasado, voy y les pido perdón, o me castigo fuera de la habitación (que es lo que les hago a ellos cuando se pegan).
Bs
mariaddlor
Es que creo que si no lo hacemos como lo haríamos con adultos, nos ponemos en una posición superior y no es así para nada, tenemos que aprender nosotros de ellos muchísimo más que ellos de nosotros
Piruli
No lo podías haber explicado mejor. Recuerdo un libro (pero no el título) que explicaba el mismo acto pero con diferentes actores, uno era un padre a su hija pequeña, el otro a su hija adolescente y el último a su pareja. Como en está última nos indignaríamos y diríamos que es maltrato, en la segunda nos indignaría un poco y en la primera lo veríamos como normal. Pero es el mismo hecho.
mariaddlor
Tal cual, no nos ponemos en su piel lo suficiente.
noemi
Tenía ganas de leer tu entrada-reflexión después de lo que hablamos el otro día. Yo a la salida del cole a veces tengo ganas de pegar…pero a los adultos. Veo madres insultando y tirando del pelo a los niños. Yo quiero seguir siendo consciente (no perfecta) y seguir respetando a mis hijos. Aunque cueste.
mariaddlor
¡Tirando de los pelos! Madre mía, qué horror! Sin duda, cuesta mucho y lo tenemos tan interioridado que muchas hemos dado un cachete, pero cuando lo reflexionas, lo piensas y decides luchar contra ello es mucho mejor, al menos para mí. Muaka
Mi Álter Ego
Yo no tengo hijos así que no puedo saber cómo los educaría pero la verdad es que nunca lo había visto desde el punto de vista del maltrato y me has dado que pensar. Un besote.
planeandoserpadres
Yo era de las firmes defensoras de esta teoría de lo beneficioso del cachete a tiempo ¡antes de que naciera mi sobrina! Y tras el nacimiento de mi propia bichilla ya ni te cuento lo que he cambiado de idea. Con mi sobrina me di cuenta de que en los 2 años y medio que tiene nunca ha tenido ningún tipo de comportamiento que justificase este tipo de agresión (aunque realmente creo que nada justifica lo de pegar a otro). Y con mi bichilla de 6 mesecitos es que no me imagino dándole un tortazo cuando empiece a ser consciente de sus actos ¡y mucho menos ahora!
Ensancha los pulmones
Yo trataré por todos los medios no perder la calma y de no pegar a mi hijo como castigo. A mí me daba mi madre de vez en cuando, o nalgadas o en la cara, o un tirón de pelos y collejas en plena calle, no, no se saca nada bueno, sólo que baje la autoestima de la persona agredida entre otras malas cosas.
diasde48horas
Uff, tema difícil. Los niños a veces nos sacan de nuestras casillas y es realmente difícil pararse a pensar antes de reaccionar. Tengo que reconocer que antes de que naciera mi niño yo misma he dicho la frasecita de turno innumerables veces, pero ahora… es increíble cómo me ha cambiado la manera de ver las cosas. De momento todavía no hemos empezado duramente con las rabientas, pero espero saber estar a la altura y no tirar por la vía más fácil.
Mo
A mí me pasa como a Díasde48horas, antes de ser madre no lo veía tan mal…quizás porque lo había oído a mi alrededor muchas veces (incluso creo que a mi madre, que una sola vez en su vida me pegó una bofetada y estuvo lamentándose toda la semana…). Pegar sólo demuestra que nos hemos quedado sin recursos. Y sí, a veces cuesta reprimir las ganas de pegar, pero es nuestro deber enseñar con el ejemplo.
Un abrazo.
El cielo por el tejado
Mady, es que es maltrato. Y no me parece dura la entrada, me parece dura la conversación. La violencia es violencia y sólo engendra violencia: sea de quien sea hacia quien sea. Los adultos tenemos mucho que aprender todavía. Espero que dentro de poco tiempo leamos tu entrada y nos suene a algo muy muy lejano…
Un beso fuerte
Pasuco a Pasuco
Reconozco que hace tiempo dije lo de «un cachete a tiempo..» pero ayyy como cambia la historia cuando aprendes a ponerte en la piel de los demás, cuando aprendes a mirar con sus ojos. Nada justifica la agresión, y lo que cuentas de la señora esa que le llevaba de los pelos…¡madre mía!, ¿cómo esperara que la trate su hijo cuando sea mayor? Si no respetas, no te respetarán y No hagas a los demas lo que no te gustaria que te hicieran. A veces es complicado tener paciencia, pero como dices, con un adulto no nos planteamos abofetearle cuando nos saca de quicio ¿no?