Aviso que hoy me pongo un poco profunda.
Las mujeres hemos luchado cientos de años, desde que la cristiandad y otras religiones y sociedades patriarcales nos quitasen la libertad, la creencia, el valor humano y natural que teníamos, hasta que hemos vuelto a recuperar el sitio del que nos echaron, hasta que hemos conseguido no tener que dar explicaciones sobre nuestros actos. Eso sí, con nuestra naturaleza mermada por nosotras mismas.
No alcanzo a comprender que entre las propias mujeres se despellejen por vestimenta, horario, trabajo, valores. No lo entiendo. No entiendo que una mujer llegue a perderse a si misma de tal forma que vea normal que su pareja ejerza de aislante social «por su bien». No lo entiendo. No entiendo que llevar minifalda o vaqueros sea un condicionante en un juicio por violación. No lo entiendo. No entiendo que a una adolescente se la llame «puta» con total impunidad y esa palabra sea coreada por otras féminas. No lo entiendo. No entiendo que el político de turno decida qué tiene que hacer una mujer con su cuerpo. No lo entiendo.
No entiendo tantas cosas de esta sociedad, de lo poco que valoramos lo maravilloso que es ser mujer, la historia tan grande que tenemos de guerreras antiguas, históricas y contemporáneas que tenemos y que demos por hecho tantas cosas que han costado muchísimo trabajo.
Un día trataba de hacer entender a mi padre por qué no puedo comulgar con una Iglesia Católica que cercenó hasta el alma de la mujer por miedo y un gran complejo de inferioridad (una reflexión mía personal). Que demonizó nuestra figura hasta quemarnos, no hace tantos siglos, en una pira. Y él no lo entendía, como muchas otras personas, menudo cabreo se pilló conmigo. Son puntos de vista. Mi madre sí.
No voy a quemar mi sujetador, entre otras cosas porque me resulta incomodísimo ir sin él, pero tengo dos hijas, dos mujeres en casa (como muchas otras mamás) y creo que tengo una gran responsabilidad para con ellas (como la tienen las que tienen hijos). Primero, enseñarles que la tan demonizada menstruación, es un renacer mensual, una reconexión con nosotras mismas, un maravilloso mecanismo de la naturaleza, pues somos cíclicas, como ella, somos la naturaleza personificada y por eso la entendemos. Tenemos un gran poder empático y sanador que puede hacer del mundo un lugar mejor, si no perdemos esa conexión. Que tenemos una fuerza sobrehumana, por eso creamos vida y somos capaces de hacerla crecer y nutrirla, acompañar en el camino. Como mujeres somos muy grandes.

Activistas de Femen. Por qué en topless? Desgraciadamente una teta es más mediática que cuatro mujeres con pancartas. Luchan y saben lo que hacen.
Y en este camino te encuentras con una sociedad en la que la reminiscencia misógina campa a sus anchas, incluso vestida de mujer, que es lo que más me indigna. Un hombre, una mujer, no te puede hacer sentir mal por querer buscar trabajo en vez de dedicarte exclusivamente a ser ama de casa y madre (eso por elección y con un buen apoyo no es malo, la obligación es lo que pudre), no es normal que tu compañero se moleste por que te miren, no estás mal tú, están jodidamente mal los que miran de manera sucia a una mujer, me da exactamente igual como vista. No es normal que por tu bien no te deje comprar en según que sitios, no es normal que te obligue a hacer cosas que no quieres y encima se enfade. No es normal.
Tú, mujer, eres libre de vestir, pensar, moverte, saltar, gritar, hablar, relacionarte, comportarte y hacer con total libertad. Sin ser juzgada o etiquetada. Eres libre. Lucha siempre por esa libertad, sobre todo porque nunca estás sola en esta lucha. Siempre hay alguien al otro lado del teléfono o de la mesa que te puede ayudar.
Tú, mujer, joven o madura no mires para otro lado. Ofrece tu apoyo, porque si sabes que no es normal, hay que ayudar a abrir los ojos. Hay que luchar porque todas sintamos la libertad de ser quienes queremos ser. Esa es la palabra clave: Libertad
Si necesitáis ayuda o conocéis a alguien que la necesite llamad al 016. Ofrecen tanto orientación para saber cómo ayudar a otra mujer, como orientación y ayuda si la necesitas en primera persona. Hay un Centro de la mujer en cada Ciudad. No dudes en pedir ayuda si tu o alguien que conoces la necesita.
bravo, Mady.
😉
Muy bien dicho, guapa!!! No voy a añadir nada más porque tú ya lo has dicho todo. Un besote!!!
🙂
Me parece muy importante sobre todo que hayas dado la información del final. es un tema fuerte, doloroso y candente. Seamos libres de verdad.
Tú me diste la idea maja 😉
Fantástico Mady. Después de esto, me siento todavía más orgullosa de ser mujer.
Yo pediría ser mujer una y otra vez en todas las vidas que me queden 🙂
Me ha encantado tu entrada… es una pena pero la mayor enemiga de una mujer es otra mujer, somos muy crueles y exigentes entre nosotras.
Como madres de futuras mujeres está en nuestra mano intentar que esto cambie un pco.
Me ha emocionado mucho esta entrada. Qué gran ejemplo vas a ser para tus hijas.
Un beso 🙂
Sólo puedo añadir bravo, bravo y bravo. Estoy segura de que tus hijas serán mujeres libres, porque estoy convencida de que tú las educarás para ello. Gracias por recordarnos el tesoro que es ser mujer y que a veces olvidamos.
Bravo Madiiii!!! Somos libres claro que sí y es asqueroso que las mayores enemigas de las mujeres seamos las mujeres!!!
Muy guay tu post
Muuuuuak
Muy bueno Mady, yo también simpatizo con el feminismo histórico y verdaderamente creo que el mundo se ha perdido cosas muy grandes por haber marginado a las mujeres en tantos aspectos durante tanto tiempo… Un besiño y a criar a esas mujeres fuertes y hermosas! 🙂
Enhorabuena Mady. Solo un pero, detrás de Femen hay un hombre que ideó todo. Curiosamente, un hombre que usa el cuerpo de las mujeres para supuestamente luchar contra eso: que las mujeres dejen de ser consideradas un mero objeto decorativo. Te dejo este enlace para más información.
http://www.hazteoir.org/noticia/53577-asesor-femen-reconoce-que-cre-grupo-feministas-tener-mujeres
Gracias por la info Ana! 🙂
La información que das al final me parece fundamental, porque a veces se tiende a no confiar en estas redes de ayuda, se cree que puede ser peor… y no es así.
Valiente Mady…
un beso fuerte!